July 12, 2020
By: Fr. Jorge Perez
In my second assignment as a priest I met a very religious lady, very attentive to the Word of God, she went to Mass every Sunday, without fail. At the end of mass, she always stayed talking to me about the homily. Several times I went to visit her house and I was very well received. During my days in that parish, this woman was very consistent with the Catholic Faith.As usual, I was changed from parish and did not know more about this woman until a few weeks ago. I saw her on social media, this time in a very different position. Now she harshly criticized the Church with arguments from some Protestant sects that are seen in my country, she has abandoned the Catholic Faith and has given herself to some sect which who knows what they are teaching her against the only Church founded by Christ.I bring the example of this woman, because the Gospel of this Sunday is the parable of the sower. The Lord sows the word of the Gospel in our hearts through the evangelization of the Church. This Word is sown as a seed, it is placed in the heart as a gift, the gift of faith. Now, when a seed is not cared for, it is forgotten, the same thing happens just like the cases of the Gospel, life circumstances or persecutions can come and kill this seed sown by God in our hearts.Our work, dear brothers and sisters, is to take care of this seed, because it is the one that brings us salvation, the seed of faith, which, as Jesus mentions in the Gospel of the mustard seed, when growing, can become a great tree, capable of covering others with its shadow.The ways to care for this seed are at hand: The Eucharist, confession, daily prayer, continuous meditation on the Word of God, and others.
Happy Sunday XV of ordinary time.
Fr. Jorge
En mi segunda asignación como sacerdote conocí a una señora muy religiosa, muy atenta a la Palabra, iba cada domingo a misa, sin falta. Al terminar siempre se quedaba hablando conmigo sobre la homilía del día. Varias veces fui a visitar su casa y fui muy bien recibido. Durante mis días en esa parroquia, esta mujer fue muy consecuente con la Fe Católica. Como es costumbre, fui cambiado de parroquia y no supe más de esta mujer hasta hace unas semanas atrás. La vi en redes sociales, esta vez en una posición muy distinta, ahora criticaba duramente a la Iglesia con argumentos propios de algunas sectas protestantes que se ven en mi país, ha abandonado la Fe Católica y se ha entregado a alguna secta que quién sabe qué le estará enseñando contra la única Iglesia fundada por Cristo. Traigo el ejemplo de esta mujer, porque el Evangelio de este domingo es la parábola del sembrador. El Señor siembra la palabra de la Verdad del Evangelio en nuestros corazones a través la evangelización de la Iglesia. Esta Palabra es sembrada como una semilla, es decir, se coloca en el corazón como un don, el don de la fe. Ahora bien, cuando una semilla no se cuida, se olvida, pasa lo mismo que ocurrió con los casos del Evangelio, pueden venir las circunstancias de la vida o las persecuciones y matar esta semilla sembrada por Dios en nuestro corazón.Nuestro trabajo, queridos hermanos y hermanas, es cuidar de esta semilla, porque es la que nos trae la salvación, la semilla de la fe, que como menciona Jesús en el Evangelio de la semilla de mostaza, al crecer, puede transformarse en un gran árbol, capaz de arropar a otros con su sombra. Los medios para cuidar esta semilla están a nuestra mano: La Eucaristía, la confesión, la oración diaria, la meditación continua de la Palabra de Dios, entre otros.
Feliz Domingo XV del tiempo ordinario.
P. Jorge Pérez Chakal